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sábado, 3 de julio de 2010

Tabárez: "Difícil pero no imposible"

Tabárez: "Difícil pero no imposible"
El seleccionador de Uruguay, Óscar Tabárez, se mostró convencido de que el partido de semifinales de la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010 frente a Holanda será "dificilísimo", aunque no será "imposible" ganar.
"Holanda será dificilísima", aseguró Tabárez, quien recordó que "Holanda no pierde un partido desde septiembre de 2008". "Es una versión un poco diferente de lo que es tradicional en Holanda, es un equipo muy equilibrado, será difícil pero no imposible", añadió el seleccionador de Uruguay.
"Defensivamente no conceden nada, se agrupan muy bien, es un aspecto que otras selecciones, no es que lo descuidaran, pero no le daban tanta importancia", aseguró.
"Además son todos jugadores de buen pie, del mediocampo hacia adelante tiene buenos jugadores técnicamente: Van Bommel, Sneijder, Robben... y algunos muy buenos técnicamente con una potencia increíble, como Kuyt, y tienen el sentimiento del juego de los holandeses de atacar permanentemente", afirmó Tabárez, al que no le preocupan demasiado las lesiones en su equipo.
"Tenemos suficientes futbolistas como para hacer un equipo y que merezca mi confianza, creo que hemos dado suficientes muestras de esto porque de 23 futbolistas que vinieron 20 ya han estado en el campo", dijo.
Tabárez logró la gesta de meter a Uruguay en unas semifinales de un Mundial por primera vez desde 1970.

El capitán no se baja del barco

El capitán no se baja del barco
Corrían 38 minutos del partido de cuartos de final ante Ghana cuando el cuarto árbitro levantó el cartel electrónico, indicando la salida del campo de juego de Diego Lugano y el ingreso en su lugar Andrés Scotti. Antes de cruzar la línea de cal, el capitán de Uruguay traspasó el brazalete a Diego Forlán y, tan dolorido como consternado, enfiló para el banco de suplentes…
La rabia de Lugano era entendible: el banquillo no es un lugar habitual para él desde debutó con la selección mayor allá por 2003, en un encuentro por las eliminatorias para la Copa Mundial de la FIFA Alemania 2006. Y mucho menos lo es dejar a la Celeste que tanto ama en un duelo tan importante. Sin embargo, desde allí debió convivir con todos los vaivenes del duelo ante los africanos que, sabido es, se saldó a favor de los sudamericanos en una emocionante tanda de penales.
“Vivirlo desde afuera es tremendo”, confiesa Lugano en exclusiva a FIFA.com. “Estar en una instancia como esta después de tantos sacrificios y salir por jugada casual, donde se me caen arriba de la rodilla, es de no creer. Lo bueno es que jugué diez minutos con ese dolor, así que no debería ser algo importante. Ahora habrá que esperar la evolución y trabajar al mil por ciento para ver si llegamos a las semifinales”, agrega el zaguero de 29 años.
Lugano se perdió tan sólo tres de los 20 partidos que disputó Uruguay en las pasadas eliminatorias sudamericanas. No sólo fue el futbolista uruguayo con más minutos en cancha (1,530 en total), sino que además aportó 4 goles para la gesta, el más importante de ellos en el duelo de ida de la repesca ante Cota Rica en San José.
Entonces, por personalidad y por lo que significa para el equipo, más de uno podría haber pensado que Lugano sólo dejaría el campo de juego en ambulancia. “Uno debe tener madurez y sentido de grupo para situaciones así. Quedaba mucho tiempo por jugar y estaba dando alguna ventaja, y eso es imperdonable en este nivel. Entonces, decidimos con el doctor y el entrenador que debíamos hacer el cambio”, explica La Tota.
Mesurado optimismo
Las imágenes del encuentro ante Ghana se suceden en su mente. “Sabíamos que iba ser un juego muy duro, porque ellos son muy fuertes y juegan bien”, afirma. Si bien admite que la fortuna estuvo del lado uruguayo, no le resta méritos a la atajada Suárez que impidió la derrota en el minuto 120. “Luis hizo varios goles en Europa, ¡pero nunca uno tan importante como el que evitó! Creo que en esa jugada tuvimos una suerte que el fútbol uruguayo no tenía desde hacía 60 años. Bienvenida sea”, reconoce.
El actual defensa central del Fenerbahçe turco daría cualquier cosa por estar ante Países Bajos, aunque pone el grupo por delante. “Uno ha hecho mucho para llegar hasta aquí, pero hay un plantel tremendo, que tienen tranquilidad y madurez. Así que soy optimista con jugar, pero sino, hay compañeros que demostraron que pueden tomar mi lugar”, aclara.
Para terminar, Lugano deja una reflexión sobre un rival que viene de eliminar nada más y nada menos que a Brasil. “Hemos visto casi todos los partidos. Son 11 jugadores de grandísimo nivel, pero los de mitad de cancha para adelante resultan todos desequilibrantes. Además, su toque colectivo es excelente y se nota que están comprometidos en llevar la Copa por primera vez para Holanda. Va ser durísimo, pero siendo la semifinal de un Mundial, no se puede esperar otra cosa. Sin embargo, soy optimista y sigo soñando con lo máximo”.

Un Loco que no cree en la fortuna

Un Loco que no cree en la fortuna
Para ser apodado Loco, Sebastián Abreu parece demasiado cuerdo. Algunos podrían pensar lo contrario al ver cómo picó el balón en el remate decisivo de la tanda de penales con la que se definió el partido de cuartos de final ante Ghana. Una ejecución que, vale recordar, le dio a Uruguay el pasaje a las semifinales de una Copa Mundial de la FIFA por quinta vez en su historia, aunque la primera en 40 años.
Y pensar que la Celeste estuvo a punto de perderlo en el minuto 120, pero Asamoah Gyan desvió un penal que le hubiera dado a los suyos un lugar entre los cuatro mejores del mundo... ¿Tuvo Uruguay la suerte del campeón? “Es cierto, el travesaño nos jugó a favor, pero no creo en la suerte. Es injusto catalogar así a un proyecto que arrancó en marzo de 2006 con mucho sacrificio y humildad, intentando que Uruguay vuelva a ser protagonista… Fuimos semifinalistas de la Copa América (2007), clasificamos a un mundial Sub-17, a uno Sub-20, a uno de mayores… Entonces, si se hace un análisis profundo, no hay lugar para a la suerte en esta historia”, afirma Abreu en exclusiva a FIFA.com varios minutos después del encuentro.
Para el delantero de 33 años, los penales tampoco tienen que ver con la fortuna. “En este tipo de definiciones juegan un rol preponderante la efectividad, la confianza y el creer en uno mismo. Nuestro arquero estuvo muy efectivo y los pateadores también. Así de simple”, explica el dueño de la dorsal 13, un número usualmente asociado con… ¡la mala suerte!
¡A bailar se ha dicho!El análisis de Abreu sobre el empate es simple. “Acá lo físico cuenta mucho y ellos tienen un exuberancia física importante. Además, toda la gente estaba su favor, y eso siempre es un plus. Pero nosotros supimos manejar esas situaciones. En el primer tiempo nos dominaron, en el segundo logramos entrar en el juego y se hizo un partido ida y vuelta, emocionante también en el tiempo extra. Lo dos pudimos ganarlo, así que fue un resultado justo”.
Sobre aquella última jugada del partido, el Loco confiesa que vivió el momento con “una tremenda sensación de angustia, porque después de tanto remarla, que se te escape en el minuto 120, cuando ya no tenés opción a nada, era muy difícil de digerir”.
En cuanto al penal decisivo, no es la primera vez que Abreu ejecuta una pena máxima así. “No siempre los pateo igual, sino en momentos especiales. Además, analicé al arquero, vi que se jugaba antes de que el rematador llegara a la pelota y tomando en cuenta que era un penal que significaba un pase a semifinales, intuí que era difícil que se fuera a quedar parado. Normalmente por la misma adrenalina se iba a inclinar para un lado. Lo tiré con confianza y gracias a Dios pudimos festejar”, explica con naturalidad.
Su entrenador Oscar Tabárez defendió la decisión del delantero. “Yo no diría que fue una locura, sino que fue un gol. Para mí eso es clase, categoría. Los que le critican no se atreverían a hacer algo igual”.
¿Y ahora qué, Abreu? “Uno no quiere caer para seguir con este sueño o esta realidad. Pero las imágenes que llegan de Uruguay te dicen que no estás haciendo algo normal ni común. Merecemos ser uno de los cuatro mejores pero, como decimos allá, ya estamos en el baile. Así que ahora queremos seguir bailando”.